Todo está dentro de ti

Querido lector, futuro navegante:

Cerramos ya nada menos que nuestro octavo viaje. A mí, al menos, me parece casi increíble. Espero, sinceramente, haberte ayudado, sobre todo si has podido leer la mayor parte de los posts.

Personalmente, esta aventura me está transformando casi tanto como desearía que te transformará a ti. He podido cambiar sustancialmente mi mentalidad, he podido ponerme en acción y, durante esta última vuelta al mundo, he recordado la importancia de mirar hacia nuestro interior.

Frente a todo lo que te rodea, las circunstancias que enfrentas y sus consecuencias, la respuesta más simple es buscar motivos, razones y posibilidades fuera de ti. Parece lo más directo y, sobre todo, lo que menos asusta, ya que descarga tu responsabilidad en otros.

Explorar en tu interior es, de alguna manera, exponerte. Admitir que tienes debilidades que debes abordar. Y, a la vez, enfrentar el miedo a que esas flaquezas puedan afectar a tu viaje.

Sin embargo, ese auto conocimiento también te permite descubrir tus fortalezas y todos los talentos que Dios te ha dado y que has desarrollado, proporcionándote un mundo infinito de posibilidades.

Te capacita para pasar de ser espectador a protagonista en tu vida profesional. Te permite acercarte progresivamente, gracias a tus acciones, a la persona ideal que aspiras a ser a largo plazo.

Sin embargo, esa persona no es la que vive en el presente. No es la que está sometida a mil presiones y a una sociedad en la que todo ocurre deprisa.

No es la que tiene que entregar resultados diariamente en plazos cada vez más ajustados.

En medio de todo esta vorágine, de toda la contaminación de ideas en la que vivimos, es sencillísimo perder de vista esa otra persona ansiada, la que te espera si sigues persiguiendo tus objetivos.

Por eso es crucial parar de vez en cuando, en intervalos definidos, sosegar el ritmo y sacar tus prismáticos del futuro para volver a verla. Para observar cómo evoluciona y, al mismo tiempo, cómo se mantiene sólida en sus valores más fundamentales. 

Para comprender que ese punto al que, quizá, hace un par de años, querías llegar, ya no te interesa tanto. Que esa habilidad ya no te parece tan representativa de tu ser.

Esa reflexión te reconecta con lo que, de verdad, te importa, más allá de las urgencias del día a día, evitando que pierdas tu rumbo, mientras mantienes bajo control los cambios que sucederán de forma inevitable.

Porque la realidad es que todo va cambiando. Nos guste o no. Y, en la actualidad, con la capacidad de difusión de las tecnologías actuales, de manera vertiginosa.

Por eso, lo más sensato es abrazar la certeza del cambio y entrenar tu mente para ser, progresivamente, más tolerante ante las variaciones, de modo que conviertas el autoconocimiento en un hábito.

Existen multitud de herramientas y metodologías que puedes aplicar. Pero la clave radica en entender que solo el conocimiento de tus reacciones, patrones mentales y su transformación te proporcionará seguridad al enfrentar los cambios.

Además, es fundamental rodearte de las personas que te estimulen a avanzar, que te aporten el ánimo y la tranquilidad necesarios para ir dejando atrás todos los temores.

Autoconocimiento y entorno adecuado. Aspectos que necesitas trabajar para integrarlos en tu vida diaria.

Y es que ya sabes que convertirse en un solucionador de problemas no es una actividad ocasional, sino un enfoque de vida continuo, que debe presidir todos tus actos para conducirlos hacia el fin previsto.

Por eso, es esencial conectar tus actividades diarias con tus objetivos a largo plazo y, de forma inmisericorde, eliminar lo que no contribuya.

En un mundo donde los contextos imponen cada vez menos limitaciones y condicionantes, la prioridad se convierte en la clave para ordenar tu trabajo en cada momento.

Y esa prioridad siempre se basa en el impacto de cada tarea en nuestro camino hacia tus objetivos..

Pero hay algo más: no solo se trata de hacer primero lo que te asegure más avance, sino, igualmente, hacerlo cuanto antes.

La urgencia por alcanzar tus objetivos tiene que servir como motor de motivación para no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy.

No se trata de que te agobies, sino de ponerte en marcha. De ser dinámico y proactivo. De poner toda tu capacidad a disposición de tu crecimiento.

Porque tu capacidad es grande, pero no infinita. Tenlo claro para no exigirte más de lo debido y, al mismo tiempo, para buscar las herramientas que te ayuden a expandir esa capacidad.

Por dos motivos fundamentales:

  • De una parte, para ser capaz de atender todas las exigencias del mundo moderno.

  • De otra, y más importante aún, para empujar a tu cerebro a ocuparse de tareas cada vez más complejas.

Como siempre ha hecho el hombre con la tecnología que ha ido desarrollando. Dejándole a ella las labores más arduas y peligrosas. Y, más recientemente, a través de la automatización, también las más simples y repetitivas.

Por eso, la llegada de las IAs generativas te debe servir para dar el siguiente paso en el proceso evolutivo. Evitando tener que hacer tareas sencillas, debes predisponer tu  cerebro para labores exclusivamente humanas.

Tareas de mucha más carga cognitiva para las que puedes, y debes, entrenar tu cerebro.

Si no quieres, eso sí, quedarte atrás y desaprovechar la oportunidad evolutiva que se presenta.

Eso sí que sería un fracaso, ¿no crees? Porque sería perder una ocasión inmejorable de crecer.

En cambio, cuando intentas algo y no funciona, simplemente estás ante una oportunidad de aprender. De poner en tela de juicio, quizá, tu propia concepción de la realidad.

Es decir, te estás dando espacio para desarrollar tu pensamiento crítico.

De ahí que me parezca tan relevante la mentalidad experimental. Por la oportunidad que te da tanto de reducir los riesgos en tus apuestas, al poder verificarlas antes de que sean demasiado grandes, como de valorar la veracidad de tus hipótesis, sometiéndote al escrutinio de la realidad.

Porque, en verdad, los experimentos, realizados con método y con criterio te permiten confrontar tus planteamientos y soluciones con los hechos que, interpretados correctamente, son incontestables.

La mentalidad experimental se puede, también, entrenar. Puedes hacer de ella un modus operandi para buena parte de tus ideas y construir un hábito en torno a un procedimiento sencillo y directo de experimentar.

¿De qué forma quieres vivir tu vida profesional?

¿Quieres sentirte cada día un poco más valioso? Si es así, simplemente, tienes que trazar un plan para desarrollar, progresivamente, capacidades de alto valor junto con el marco mental adecuado.

Comienza por conocerte a ti mismo, identificando tu situación actual, sesgos, fortalezas y pensamientos limitantes.

Y, al conocerte, podrás ir desarrollando las estrategias para crecer cada día.

Créeme, lo necesitas. Ser capaz de incrementar continuadamente tus capacidades sin estancarte es imprescindible en el mundo actual, con la tecnología avanzando a un ritmo difícil de seguir.

Y este camino dará verdadero significado a tu vida profesional, al permitirte producir un impacto auténtico en lo que hagas.

Es exigente, sí, pero extremadamente gratificante.

En cambio, si decides no tomar este camino, tu primera tristeza será no llegar nunca a saber lo que te has perdido.

El 27 de diciembre de 2021, hace poco más de dos años, publiqué mi primer post. Empecé esta aventura maravillosa de compartir lo que he aprendido y sigo aprendiendo contigo, querido lector, para ayudarte a convertirte en navegante de tu vida.

Ya no importa cuán estrecho haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

Este poema de W. E. Henley, junto con las ideas de un buen amigo, inspiraron esta intención.

He intentado recoger, a lo largo de 57 posts, un itinerario para que tú, querido lector, puedas explorar ideas y herramientas de transformación, acumuladas, probadas y verificadas a lo largo de mi experiencia profesional.

Ha sido, para mí, una aventura fascinante. Me ha obligado a mejorar mi escritura, mis conocimientos sobre diversas facetas e, incluso, el control de mis emociones.

Pero soplan otros vientos y he decidido dedicar los esfuerzos que invertía en estos posts en un nuevo proyecto, más desafiante aún y que, casi desde niño, estaba aprisionado en mi cabeza: publicar un libro.

En breve incorporaré a este blog una nueva sección donde iré publicando extractos que, quizá, se vayan incluyendo en la versión final pero que, en cualquier caso, compilarán algunas conclusiones de mi investigación.

Esos nuevos posts te darán idea, además, de por dónde van los tiros del libro y, por supuesto, la oportunidad de transmitirme tus comentarios al respecto.

Mil gracias si me has seguido hasta ahora. Confío en que lo sigas haciendo en este nuevo viaje.

Te espero a mi lado.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *