Esta newsletter te permitirá reflexionar sobre el contenido de este post.

Si te gusta hablar, piensa en si a los demás les gusta escuchar.

Piensa en cómo te sientes tú mejor, si escuchando o hablando.

Seguro que tienes cosas interesantes que decir, pero probablemente también haya un montón de cosas interesantes que escuchar.

¿Con qué ganas más?

Pensamos con palabras.

Comunicamos nuestras ideas con palabras.

Por eso, preguntamos con palabras.

Y, por eso, es tan importante elegir bien las palabras con las que preguntamos.

¿Qué buscas cuando preguntas?

¿Influir?

¿Aprender?

¿Ayudar a otros a encontrar respuestas?

¿Encontrarlas tú?

¿Promover la creatividad?

Hay muchas cosas que las preguntas pueden lograr.

Pero, para ello, hay que aprender cómo hacerlas.

De críos tenemos que aprender a hablar. Pero, nada más lo hacemos, empezamos a preguntar sin que nadie nos haya enseñado.

Al principio, hacemos preguntas que, de adultos, consideramos triviales.

Pero ¿no es posible que, con nosotros, crezca la profundidad de nuestras preguntas?

La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.

Wallace Stevens