Tener una meta es necesario. Si no sabes a dónde vas, ¿cómo vas a emplear bien tu tiempo y energía?

Pero fijarte solo en ella te hace perderte toda la belleza y la riqueza que hay en el camino.

¿Por qué conformarte con un punto final si puedes disfrutar de todos los intermedios?

En la vida hay cosas bajo tu control y otras que nunca lo estarán.

Toma la decisión de trabajar en las primeras, para tener plena autoridad sobre tu camino.

Acepta lo que venga de fuera con mente de aprendiz, haciendo de tu vida un descubrimiento.

Seguro que puedes identificar situaciones en tu vida en que el resultado fue malo pero quedaste contento.

Y otras en que conseguiste lo que buscabas e, inmediatamente, una enorme sensación de vacío.

¿Qué marcó la diferencia?

¿Está la clave, entonces, en llegar o en recorrer?

¿Dónde crees que encontrarás la felicidad?

¿En momentos particulares de subidón por haber cosechado ciertos éxitos puntuales?

¿O en una vida de conexión, aprendizaje y crecimiento?

¿Y qué es más fácil de alcanzar?

¿Y cuál de las dos puedes decidir para ti?

Nuestros retos son espejos que muestran nuestras vulnerabilidades, inseguridades, debilidades y miedos.

Ryder Carroll