Tú no eres tus pensamientos.

Por eso es tan importante controlar tu mente, para evitar que ella te dirija donde tú no quieres ir.

Crea, como siempre, un marco de trabajo, un sistema que, a diario, te permita hacerlo.

Tú solo puedes cambiar profundamente tu realidad. No necesitas nada más.

Piensa en cómo cambia la noche cuando cierras o abres los ojos.

Cómo cambia el frío si llevas o no abrigo.

Cómo cambia el ruido si te pones o no cascos.

Cambia tu percepción y cambiarás tu mundo.

Crea un espacio para que obligar a tu mente a parar y reflexionar serenamente.

Lo necesitas si quieres cambiar las cosas.

Entiende que solo eres tú cuando controlas lo que piensas, cuando puedes identificar la parte de ti que no funciona y actúas para cambiarla.

Meditar es, primero, algo extraño.

Luego, algo útil.

Después, algo transformador.

Por último, una demanda de tu cuerpo.

Pero, para llegar ahí, es necesario que crees el hábito y eso, como siempre, lleva tiempo y paciencia.

No dudes en aplicar ambas en este empeño.

Piensa como un hombre de acción, actúa como un pensador.

Henri Bergson