Hacer lo más fácil es, muchas veces, complicarnos la vida.
Responder ese correo de inmediato.
Revisar de nuevo el chat.
Atender esa llamada que no sabemos de quién es.
Aceptar esa tarea responsabilidad de otro.
Entre toda esa "sencillez" ¿dónde quedan nuestros propios objetivos? |