Evita la mentalidad del “corre-corre”. Siempre sé consciente de a qué vas a dedicar tu tiempo antes de empezar cada tarea.

Ten en cuenta que, así, ahorrarás tiempo y serás más efectivo. Conseguirás más cosas en menos tiempo y no al contrario.

Haz lo que sea mejor cuando debas.

Planificar es construir un puente hacia tus metas o preparar cada uno de los escalones hasta ellas.

Si construyes mal el puente o los escalones no están lisos, caerás, con lo que puede que desistas o que sufras mucho para llegar.

Precipitarse al principio es el mayor error.

Tu trabajo no es empujar la piedra cuesta arriba.

Es ver cómo hacerlo con el menos esfuerzo y en el menor tiempo.

Es asegurar que no vuelva a rodar pendiente abajo.

Definir qué debes hacer es más importante que hacerlo, aunque nos cueste mucho más y nos dé más miedo.

Céntrate en una sola cosa. Busca lo que aporte más y ofrezca un impulso mayor a tus progresos.

Si has identificado muchas cosas, debes dedicarle tiempo a ver cuál es la idónea para continuar. Cuál es, realmente, la siguiente.

No escatimes esfuerzos en definir las tareas idóneas.

Para hacer las cosas no se necesita mucha fuerza, pero sí que se requiere una buena dosis de fortaleza para decidir qué hacer.

Elbert Hubbard