Nos podemos ver a nosotros mismos como un edificio, del que podemos ser arquitectos y albañiles. Es nuestra elección.

Podemos diseñar nuestro futuro.

Podemos trabajar para levantarlo piedra a piedra.

Pero antes, necesitarás conocer el propósito del edificio de tu vida.

Si nuestro propósito no encaja con la dirección que ha tomado nuestra vida, podemos:

- Ignorarlo y seguir igual. Muy cómodo: insatisfacción personal garantizada.

- Entender que tenemos que reconstruirnos. Complicado. Pero apasionante.

Elige safari o paseo organizado por el Coliseo.

Si elegimos safari, tendremos que aprender lo necesario para ese viaje.  Analizar las dificultades. Establecer soluciones y salvaguardas. Buscar el material necesario. Contar con la experiencia de otros.

En un viaje suena lógico, ¿verdad?

¿Por qué no suena igual con nuestra vida?

Los grandes jugadores no confían en su talento, sino en su entrenamiento. Confían en un sistema, no en destellos.

Confían en disponer, a base de repetirlas, de un gran conjunto de alternativas para cada jugada.

¿Confías en tu método o confías en que las cosas, simplemente, ocurran?

Talent is good. Practice is better. Passion is best

Frank Lloyd Wright