¿Has creído que un problema era demasiado para ti o has buscado lo necesario para resolverlo?

¿Has asumido que tienes que conformarte con lo que hay o has identificado habilidades y conocimientos para crecer?

¿Has huido de algún problema o has pensado estrategias para abordarlo?

Nuestra capacidad para razonar se ve seriamente mermada por nuestras emociones.

Resolver problemas requiere poner en juego, al menos, todas nuestras capacidades cognitivas.

Ante un problema ¿de qué modo buscas despojarlo de todo apasionamiento?

Hay personas que resuelven problemas.

Otras meten los problemas bajo la alfombra.

Otras huyen de los problemas.

Otras agrandan los problemas.

Otras que tienen un problema para cada solución.

¿A quién contratarías? ¿De quién serías amigo? ¿A quién darías una oportunidad?

Imagina una vida en que los obstáculos se allanan.

En que las dificultades se desvanecen.

En que da igual lo que te espere a la vuelta de la esquina.

En que, al iniciar el día, nada de lo que ocurra te genera inquietud.

¿Sientes que esa puede ser la verdadera libertad?

Para saber hacer no es necesario saberlo todo, sino solamente lo que es indispensable para la consecución del objetivo.

Giorgio Nardone