En la vida te van a ocurrir muchas cosas.

Unas buenas y otras malas.

Pero solo depende de ti cómo reacciones ante ellas.

Y esa reacción es la que va a marcar toda la diferencia.

¿Qué se puede hacer cuando te ocurra una desgracia?

Lamentarse. Sentirse una víctima. Hundirse ante su peso.

O aprender. Buscar salidas. Encontrar formas de afrontar la nueva situación.

Es tu elección, y solo tuya, qué camino eliges.

Nunca podrás controlar el azar.

Pero siempre podrás controlar cómo estabas preparado para cuando se produzca.

La suerte no existe.

Es solo el resultado de nuestro conocimiento, esfuerzo, perseverancia y relaciones.

Si te haces consciente de que solo tú eres responsable de tu vida, ésta cambiará.

Tú tendrás mucho más trabajo de reflexionar, aprender y corregir.

Pero, a la vez, tendrás una libertad verdadera.

Una que nace de dentro de ti y que nadie te puede quitar.

Señor, concédeme serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que sí puedo y sabiduría para distinguir ambas cosas.

Reinhold Niebuhr