Recuerda que la decisión siempre debe estar antes que la acción.
No te limites a ejecutar tareas cuyo significado desconozcas.
Implícate en dárselo y, solo cuando lo hayas hecho, ponte con ellas.
Verás cómo tu tiempo cobra otra sentido.
Evita el "ultimismo": todo lo que acaba de entrar es lo primero que debo atender.
Aplica una y otra vez tus criterios para clasificar y decidir.
Mantén el control de lo que haces y la visión hacia delante.
Y mide todo el tiempo que has evitado perder.
Ser el único que trabaja con objetivos es complicado.
Pero el cambio es alcanzable para todos y podemos motivarlo en los demás.
Promueve el equilibrio no solo en ti mismo, sino en los grupos a los que pertenezcas.
Y la mejor manera es con tu propio ejemplo.
No te dejes llevar por la inercia de hacer por hacer.
No permitas que la urgencia se imponga siempre en tu día a día.
Busca el equilibrio entre lo que necesitas hacer y lo que otros quieren que hagas.
No caigas en la trampa estéril de sentirte o parecer ocupado.
This constant, unproductive preoccupation with all the things we have to do is the single largest consumer of time and energy.
Kerry Gleeson