Valora si tu ritmo de trabajo te permite saber qué estás haciendo en cada momento.

Mira si estás reaccionando ante los estímulos que te llegan o estás accionando tus objetivos.

Si solo reaccionas, es el momento de detenerte, ver lo que es realmente importante y retomarlo.

Te ha ocurrido eso que no querías. Esa contrariedad que querías evitar.

Tienes dos caminos: hundirte y renunciar. Fácil y rápido.

Activar tu curiosidad para comprender lo que ha pasado y crear tu plan B.

Complejo y exigente. Pero no te engañes pensando que no tienes salida

Cuando te centras en el correo que acaba de llegar, responderlo parece lo único lógico a hacer a continuación.

No pierdas la visión de conjunto: esa que te hará darte cuenta de que ese correo ni es urgente, ni importante y, quizá, no tengas ni que responderlo.

Para eso, párate.

Busca uno de los momentos de máxima satisfacción en tu vida.

Detente a recordarlo con el mayor detalle.

¿Qué fue lo que más alegría te produjo? ¿Fue lo fácil que te había sido conseguirlo?

¿O fue saber que era el fruto de un enorme esfuerzo?

Instead of asking how many tasks you can tackle given your working hours, ask how many you can ditch given what you must do to excel.

Morten Hansen