Ser ágil no tiene que ver con ir rápido, sino con ir directo.
Y para ir directo, tienes que tener las cosas muy claras.
Comunicarlas a los demás para que compartan esa claridad.
Y que esa luz alumbre todos sus días y todas sus acciones.
Muchos detalles marcan la diferencia.
Muchas sutilezas pueden ser decisivas.
Por eso, no todo son datos brutos y racionalización.
Ese pequeño toque tan humano podría revolucionar las cosas.
La prudencia te lleva a juzgar los riesgos, no a evitarlos.
A considerar todas las alternativas, no a ver solo la menos peligrosa.
Valora y analiza. Considera y planifica.
Pero no confundas prudencia con miedo.
Comprender no es aceptar.
Respetar no es admitir.
La empatía te lleva a ponerte en "los zapatos" de los demás.
Pero no a cambiar tus opiniones y valores.
No son las organizaciones las que hacen a los hombres, sino que son los hombres los que hacen las organizaciones.
Giorgio Nardone