No confíes en tu memoria. Confía en tu sistema.

Extiende tu mente. Aprovecha las ventajas de la tecnología.

Utiliza toda tu capacidad para crear, no para recordar. Para enlazar, no para encontrar. Para procesar, no para gestionar.

Entiende qué puedes y qué no delegar a tu sistema.

La curiosidad orientada, es decir, tus ganas de saber en tus ámbitos de competencia clave, debe acompañarte toda la vida.

Así, no lo darás todo por sabido.

Así, podrás abrirte a nuevas ideas.

Así, buscarás conocimiento de calidad que te enriquezca.

Así y solo así, seguirás creciendo.

La tecnología puede completarnos o reemplazarnos.

Cuando hace lo primero, es realmente útil y engrandece a la humanidad.

Cuando hace lo segundo, cuando dejamos de pensar porque ya lo hace un ordenador, estamos haciendo un mal uso de ella.

Revisa tu interacción con tus aplicaciones.

Ampliar nuestro conocimiento es otra forma de comprometernos con nuestros objetivos.

Sin conocimiento, no se puede avanzar.

Con exceso de datos, es fácil sentirse atrapado y despistarse.

Tenemos que aprender a decir que no también a la información que no sea relevante y oportuna.

Lo que ayuda a un aprendizaje auténtico y útil es conectar una dosis de información a tantos contextos significativos como sea posible.

Sönke Ahrens