Definir unas reglas del juego para tu equipo es la forma más sencilla de organización.

De alinear las piezas dentro de él.

De vincularlas con los objetivos de la empresa.

Y de construir un modelo sencillo de evolucionar con el tiempo.

Si ves a alguien mirando al infinito.

Si la ves delante de un teclado, sin tocarlo.

Si la ves paseando con la cabeza baja.

Podría estar haciendo en ese momento mucho más que tú en un día entero.

Es tremendamente motivador pensar que puedas ayudar.

Que tienes las capacidades adecuadas para producir un verdadero impacto.

E igualmente frustrante es ver que la decisión se toma a partir del parámetro incorrecto.

Pero, al menos, queda el consuelo de saberte útil.

Toda empresa debe luchar por crear círculos virtuosos.

Uno de ellos es el de las habilidades de su equipo.

Más habilidades, más capacidad puesta a disposición de la empresa.

Y más capacidad de la empresa para premiar esas habilidades.

Aceptar la responsabilidad y rendir cuentas por presentar o poner en práctica el plan se reduce a ser disciplinado.

Steve Peters